Hoy quiero traeros un pedacito de nuestro viaje a Bali. Un paraíso para disfrutar cada día y cada minuto. Sólo apto para aquellos dispuestos a dejarse invadir por una explosión de olores y sensaciones vivas y puras.
Incienso, especias y ofrendas invanden sus calles, largas playas y pequeñas calas su costa.
Nada más llegar, el calor, la sonrisa, la nobleza y la humildad de sus gentes te acoge y arropa. Llevándote casi de la mano a conocer su país, sus paisajes y sus costumbres. Todo lo preguntan y todo lo cuentan. Ni una sola mala cara ni una sola queja, espero que les hayamos respondido con la misma moneda.
Puestas de sol inolvidables y tradiciones culturales te desplazan a otro mundo del que, os aseguro, no quería salir.
Adictivo en su forma más natural.
Se hace difícil volver a la rutina y a la realidad. Desde un sitio del que la mayoría sólo saben de nosotros gracias al fútbol, ahora toca ponerse al día y plasmar de la mejor manera posible todas las ideas que traemos en la cabeza.
Modo ON ....
¡¡¡ Empezamos!!!